En Etiopía, antes de que un hombre hamar pueda casarse tiene
que correr sobre una fila de ganado. Cubierto de excrementos para darle fuerza,
un hombre debe correr por encima de hasta 30 cabezas de ganado cuatro veces,
sin caerse. Si lo consigue, el hombre se convierte en maza: hombres que han
superado con éxito este rito de paso.
Fotografía: ©Mario Gerth/Surviva
En Asturias, no existen pruebas de habilidad que liciten para nada, salvo para sacarse el carnet de conducir. Si se consigue caminar toda la cinta, únicamente queda la satisfacción de haberlo hecho. El hombre no se convierte en nada, salvo que se haga a gran altura y los medios se hagan eco.
De todas formas, hay un factor común entre ambas situaciones. La tendencia humana de ponerse a prueba.
Fotografía: Marcos Cea

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